Lejano queda ya el año 2.007, ese fue el año en el que descubrí las orquídeas ibéricas. Recuerdo como si fuera ahora mismo, la imagen de mis primeras Ophrys fusca en la cuneta de una pista en la Sierra de Alcubierre, en la provincia de Zaragoza. Ese fue el momento en el que quede “enganchado” a estas flores, esa especie de “adicción” fue la que me llevo en un primer momento a buscarlas de una forma desordenada, acudiendo prontamente a los lugares donde me enteraba u oía que existía alguna especie: las Cypripedium calceolus y el resto de especies que habitan junto a ellas en las cercanías de Formigal, los alrededores del pantano de Yesa, Cinco Villas, etc. Fue en estos momentos cuando cayó en mis manos la clave botánica de la flora del Moncayo, y cuando descubrí la riqueza en especies de este “pequeño” enclave natural.
Desde ese momento decidí que antes de seguir buscándolas de una forma tan desordenada, me iba a dedicar a localizar y fotografiar a cada una de las especies de este macizo montañoso. Esta ha sido una de mis ocupaciones fotográficas de los últimos seis o siete años, buscar a estas pequeñas joyas. Desde marzo hasta octubre, desde la orilla de los arroyos hasta los prados en altura, desde los bosques hasta los páramos. A toda esta variedad de ecosistemas se han adaptado las orquídeas y se las puede encontrar en el Moncayo, desde las primeras Ophrys en florecer allá para finales de marzo, hasta la última de ellas, la Spiranthes spiralis para los días de octubre.
Una vez enfrascado en esta tarea de recopilación, la idea de realizar una pequeña publicación donde mostrarlas no tardo demasiado en aparecer. Al mismo tiempo que iba completando la lista de las que aparecían en la clave botánica y localizando alguna especie que se citaba por primera vez en el Moncayo, intentaba contactar con instituciones o editoriales que pudiesen estar interesadas en la publicación de la guía, para obtener siempre la misma respuesta “no nos interesa”. Esta tesitura me llevo a aparcar el proyecto de la publicación durante un tiempo, hasta que finalmente un día decidí, a pesar de la nefasta situación económica actual, que iba a editar la primera guía fotográfica de las orquídeas del Moncayo fuese como fuese, que se lo “debía” de algún modo a estas flores que tanto me daban. Así fue como la cosa llego en plan Juan Palomo (yo me lo guiso, yo me lo como) a la autoedición de esta pequeña obra, en la que como comento he hecho de todo: las fotos, los textos, el diseño, parte de la maquetación, etc. etc. Y en la que todo el dinero para llevarla a cabo ha salido de mi pobre bolsillo.
Dicho todo lo anterior, sólo me queda desear que os guste esta obra en la que he puesto todo mi cariño y todo mi amor por la naturaleza. Y con la que espero que los/las que no conocíais estas plantas os sirva para que las empecéis a conocer y a buscar, y con ello las contempléis y admiréis, y después ellas os den tanto como me han dado a mí.